7 consejos para dar los primeros pasos en la práctica del mindfulness y avanzar con seguridad

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En mi experiencia como formadora y consultora de mindfulness en varios contextos, cuando les pregunto a los alumnos en la primera sesión, su experiencia con el mindfulness, ya no me sorprende la cantidad de mitos, malos entendidos e ideas erróneas que tienen sobre la práctica de mindfulness.

Me hablan de videos de YouTube llenos de palabras inspiradoras con una musiquita relajante de fondo, de tortuosas posturas que les resulta imposible sostener más de 5 minutos, de cómo se repantingan en el sofá para meditar al final del día, etc.

Selección de técnicas mindfulness para madres, padres, niños, embarazo consciente… y para distintas situaciones.

Nos reímos un rato, la verdad, cuando les doy la confianza para confesar qué aspavientos han hecho antes de llegar a mis manos.

Ha sido tanta y tan rápida la expansión del mindfulness en la sociedad occidental, que el mismo Jon Kabat-Zinn, el conocido como padre del mindfulness, le explicaba en un artículo que leí hace ya tiempo al mismísimo Thich Nhat Hanh, reconocido maestro budista con un papel relevante en la difusión de la atención plena, que la cosa ya no estaba en sus manos.

Ante tanta desinformación, veía necesario escribir este post para poder orientar a aquellos que, movidos por los cantos de sirena, se acercan al mindfulness buscando información en internet.

Hay muchos tipos de meditación, muchos enfoques. Rezar un rosario o andar por una cuerda floja se podrían considerar actos meditativos pero no son mindfulness.

La práctica del mindfulness implica una intención, la de observar de forma sostenida e intencionada el momento presente sin juicio, con apertura y amabilidad. Es darnos cuenta de la experiencia que acontece, que nos acontece, a un nivel profundo.

Lo demás son otras cosas pero no son mindfulness aunque todo aquello que podamos vivir y observar con esa actitud mindful se convierte en una practica del mismo.

También oigo bastante en el contexto de madres y padres, explicaciones que reducen el mindfulness a prácticamente, poder disfrutar del momento. Se les insiste mucho a las madres que se permitan disfrutar del momento sin agobios y que practiquen el mindfulness como gesto de autocuidado.

Sí, acepto la sugerencia, pero ojo porque reducir el mindfulness a conseguir irte a la cafetería más cuqui del barrio y poder disfrutar de un desayuno sin niños, sin prisas y sin culpa, sienta muy bien pero dura poco y transforma menos.

Cada vez que veo en Instagram fotos referidas a mindfulness en el contexto madres es en un momento de práctica en la playa, la naturaleza, entornos idílicos y situaciones poco cotidianas.

Conciliar vida y niños

La gracia está en poder mantener esa actitud cuando el mayor empuja a la pequeña o el mediano te la está liando parda. Cuando podamos sostener estas vicisitudes de nuestro día a día sin caer en la reacción automática, respondiendo con consciencia, amabilidad y ecuanimidad, lo de la cafetería y el momentazo playero van a ser pan comido.

Parece que hemos reducido el mindfulness a los momentos que refleja la situación de la publicación que alguien comparte con una instantánea en una red social. Nuestra vida no son instantes, ni secuencias, sino una sucesión continua de experiencias vividas que conforman la película de nuestra vida. El mindfulness consiste en prestar atención plena a lo que acontece tanto dentro como fuera de nosotros, momento a momento.

La otra gran promesa del mindfulness es poder manejar el estrés y la ansiedad que nos genera la no conciliación.

Sí, con constancia y dando los pasos adecuados está más que demostrado científicamente que el mindfulness es una gran herramienta que ayuda en gran medida a paliar el estrés. ¡Bendita sea!. Pero quedarnos en utilizar el mindfulness para paliar el estrés es como comprarnos el último modelo de smartphone y utilizarlo sólo para hacer llamadas. La cosa da para mucho más.

Darte cuenta de lo que vives en cada momento es lo que nos abre la puerta a un nuevo estado de consciencia. El profundo autoconocimiento que nos proporciona la práctica del mindfulness es lo que realmente nos permite armonizar nuestra vida y conciliar.

Si eres suscriptor/ra de esta web habrá muchos conceptos sobre mindfulness que ya tendrás claros, pero si eres de los que ha llegado hasta aquí por casualidad, buscando recursos para dar los primeros pasos en el mindfulness como principiante, quería que tuvieses claro lo anterior antes de empezar.

Resumen de los errores más comunes de los principiantes en el mindfulness

  • Practicar por tu cuenta sin tener claro lo que estás haciendo.
  • No todo lo que entendemos por meditación es mindfulness.
  • El mindfulness no es una herramienta aunque sea de mucha utilidad, es una filosofía de vida.
  • Mindfulness no es disfrutar del momento, es vivir con conciencia plena cada momento de tu vida.

Una vez hechas las puntualizaciones, vamos con esos primeros pasos para practicar mindfulness.

Primeros pasos para practicar mindfulness

1.- Recurre a fuentes rigurosas.

Si tienes vena autodidacta y eres capaz de leer por tu cuenta y llevar a la acción las prácticas que sugieren los buenos libros sobre mindfulness ¡ole, tú!. A por ello.

Aquí tienes un post con un menú corto pero variado de recomendaciones para que puedas empezar con buen pie de la mano de grandes autores.

Si eres de los que leen, y leen y leen, y les cuesta integrar desde la propia experiencia lo leído, puedes probar a hacer mi curso de introducción al mindfulness por correo electrónico. Es gratis, es fácil y está pensado para que practiques sí o sí de forma muy amable y progresiva para que te quedes con ganas de más.

2.- Recurre a profesores que tengan integrado el mindfulness en su vida.

Esto es importante porque cada vez hay más gente enseñando mindfulness que no lo tiene integrado.

Cada vez son más personas las que sin haber meditado en su vida acaban un curso de 8 semanas y se ponen a hacer talleres de mindfulness, “como locos”. Entre ellos muchos psicólogos y diferentes tipos de coaches. Más allá de la formación que tengan de base, elige un profesor que practique lo que predica.

El mindfulness es una maestría que requiere práctica y años de integración para poder enseñarlo, no sólo desde la experiencia personal sino desde el ejemplo, desde la resonancia que surge del maestro y alcanza al alumno más allá del concepto.

3.- Elige a alguien que sepa enseñar

He conocido a gurús en grandes convocatorias con dificultades para responder preguntas sobre meditación transcendental. Una cosa es tener el mindfulness integrado y otra saber transmitir conceptos que se mueven entre lo experiencial, lo espiritual y lo inefable. Ojo, porque da para mucha confusión.

Además, nadie nace enseñado y es importante poder acompañar a las personas en este camino desde el amor, la comprensión y el respeto.

4.- Elige el enfoque que vaya contigo.

Al ser una maestría, casi cada maestrillo tiene su librillo.

Es muy deseable que la persona tenga conocimientos de psicología y especialmente de psicología transpersonal porque te podrá acompañar en un conocimiento mucho más profundo de ti mismo.

La psicología transpersonal estudia e investiga, abarcando todas las dimensiones del ser (cuerpo, mente y espíritu), nuestro sentido de identidad más allá de la persona, de nuestro personaje. Proporciona herramientas para expandir la consciencia de lo que somos y poder acceder a un autoconocimiento más profundo que es la clave para poder armonizar todas las áreas de nuestra vida.

Poco a poco la psicología transpersonal va teniendo más cabida en el ámbito académico, gracias en gran medida a la expansión del mindfulness, pero en España todavía nos falta mucho porque a día de hoy el grado de psicología, sigue sin abarcar la dimensión espiritual del ser humano.

Aquí te dejo la entrada de la wikipedia sobre psicología transpersonal por si quieres saber más.

Alguien con este tipo de formación, es el que más lejos te va a poder acompañar a sacarle el máximo partido al “smartphone” que te nombraba antes. Pero soy consciente de que no todo el mundo de primeras va a querer esto. Aunque te digo que si ya has pasado por un proceso personal como yo hice desde este enfoque y como hago con mis clientes de la consulta, te vas a tirar a ello de cabeza.

Si lo que quieres es simplemente dejar de darle vueltas al coco y vivir con más calma, un programa estándar MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction program) para empezar, te vale. Es el más extendido y el que tiene más evidencia, pero también te digo que lo creó Jon Kabat-Zinn en los años 80 y las cosas evolucionan. Por eso luego han ido saliendo otros programas que abarcan otros aspectos como la compasión o el MBCT (Mindfulness-Based Cognitive Therapy). Eso sí, ten cuidado porque a veces te cobran como si te llevases el smartphone pero sin ser “smart”.

5.- Empieza poco a poco para llegar lejos.

Integrar el mindfulness en tu vida a todos los niveles es una carrera de fondo. Es importante que empecemos poco a poco ese entrenamiento para que no nos salgan agujetas mentales y desistamos a la primera de cambio.

Una aproximación amable y progresiva a la práctica nos ayudará a mantenerla en el tiempo y esa es una de las grandes claves del éxito.

6.- Suelta las expectativas.

Nos ponemos a practicar y queremos ver resultados inmediatos.

¿Cuánto tengo que meditar para sentirme mejor?

Buscamos resultados que parece que no llegan porque vemos la meditación como un medio y no como un fin en sí mismo.

Si lo que quieres es vivir con conciencia plena, eso es lo que haces cada minuto que practicas.

Pintada budha

Si lo que quieres es conectar con la alegría de vivir tu propia vida en paz y armonía conciliando, sean cuales sean tus circunstancias, ese sigue siendo el camino.

La liberación de la que habla el Buda, va más de soltar, de quitarte de encima todo lo que te sobra para llegar a tu ser esencial, que de conseguir.

La felicidad no es el destino, es el camino.

7.- Únete a un grupo de práctica.

Múltiples estudios revelan la importancia de poder contar con un grupo de práctica, con una comunidad con la que compartir camino y experiencias. Hay aplicaciones para meditar que la incluyen y muchos grupos de Facebook que existen con esa intención. Echa un vistazo y únete al que más te resuene.

Muchas de las madres y padres que se unen a la comunidad de El Dojo de Vivirmindfulness, saben más o menos de qué va esto del mindfulness porque conocen la web, pero han meditado poco o nada. También hay dojis experimentados que tienen clara la importancia de apostar por este camino de la mano de alguien que les pueda ayudar a profundizar, y resultan un gran motor de motivación y apoyo para los principiantes.

Si buscas empezar con buen pie en el mindfulness y continuar con paso firme por el camino de profundo autoconocimiento que lleva a la conciliación a través de la reconciliación, El Dojo es lo mejor que te puedo ofrecer. Sois tod@s bienvenidos.

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