El objetivo de la práctica meditativa en yoga en sus orígenes era el control mental para poder discernir con claridad.
Yoga etimológicamente proviene de la palabra “yugo”, como forma de subyugar la mente y los sentidos. Se trata de recoger los sentidos tal como dice el sutra “como la tortuga recoge sus miembros” para aislarnos del mundanal ruido y conectar con nuestra dimensión transcendente.
La forma que a menudo se emplea para llegar a altos niveles de abstracción y control mental, es la concentración.
En esta ocasión vamos a practicar esa concentración a través de fijar nuestra atención en una vela encendida.
