Emprender es en sí mismo un proceso de desarrollo personal y vivido con conciencia plena también espiritual. Con cada acierto y cada error, con cada miedo que surge, cada vez que asumimos que nos cuesta sostener la incertidumbre, cada vez que sentimos que el corazón nos guía, cada vez que aparece el recurso de donde menos lo esperamos, cada vez que nos vemos forzando las cosas, cada vez que sufrimos por que los resultados esperados no llegan, cada vez que confiamos en que las cosas llegan… crecemos.
Muchas personas que a raíz de una crisis vital se comprometen con su camino de crecimiento personal y espiritual, acaban emprendiendo. La maternidad/paternidad consciente nos pone a muchos es esa tesitura.
Darle sentido a nuestra vida pasa también por ponerle consciencia a nuestra contribución a la comunidad, y ya no nos conformamos con tener un trabajo que no nos desagrade y que nos permita pagar las facturas, sino también, que nos dé coherencia y rumbo existencial.
No se trata de liarse la manta a la cabeza y dejarlo todo de un día para otro, sino de permitirnos escuchar esa vocecilla que sale del corazón y que rápidamente la cabeza, nuestro pequeño “yo egoico”, acalla para que no nos arriesguemos y sigamos sobreviviendo en nuestra parcela segura y conocida.
Esa vocecilla nos susurra cosas como: “esto a ti te apasionaaaaaa”, “esto que haces no es lo que tú querías para tiiiiiiii”, “esto que haces por hobby se te da fenomenaaaaaal”.
Cuando vivimos soportando la incoherencia, escuchar esa voz que dice verdades como templos nos incomoda y tendemos a acallarla. La principal razón quizá sea que en el fondo no estemos dispuestos a tomar acción y renunciar a los beneficios secundarios que conlleva mantenernos ahí, mayormente el no arriesgarnos.
Pero cuando por el motivo que sea, llega la profunda crisis existencial (a veces no es necesario que sea tan profunda ni tan crítica, simplemente te llega el momento), sí o sí, nos toca mirar a dentro y tomar consciencia de nosotros mismos y de nuestras necesidades.
Poco a poco vamos poniendo las cosas en orden; los cajones, las tareas, las amistades, la pareja, etc. Cada vez vamos afinando más a través del Mindfulness nuestra escucha interna, nos vamos armonizando por dentro y se va transformando lo de fuera. Así, le vamos cogiendo el gustillo al asunto, porque con cada paso que damos hacia la coherencia, ganamos en libertad y nos damos cuenta de que seguimos vivos (el monstruo de la incertidumbre no se nos ha comido), que atravesar el miedo nos libera y con cada paso que damos, nos vemos más capaces de dar el siguiente, hasta que la incoherencia en el trabajo se nos hace cada vez más insostenible y nos llega la hora de emprender.
La principal contribución que el Mindfulness puede hacer a tu camino de emprendimiento, te la acabo de contar.
Desde mi experiencia personal y profesional, tu propósito vital, eso que sabes hacer, que te da coherencia y contribuye a dar valor a la comunidad, es algo que ni se busca ni se encuentra. Se desvela a través del silencio y la escucha interna que propicia el Mindfulness.
Para seguir recorriendo de la mano de la conciencia plena ese camino de emprendimiento, ahí van otros recursos que te pueden ayudar.
1.- Una mente atenta es una mente productiva.
Se habla mucho en estos tiempos de auge emprendedor sobre productividad, time blocking, gestión del tiempo, etc. Todas son herramientas estupendas para organizarte mejor y sacarle partido a tu tiempo. Pero no te olvides de que la que antes necesitas para poder implementar todas la demás, es tener una mente entrenada para enfocarse en la tarea. Poner todos los sentido en eso en lo que ahora has decidido invertir tu tiempo, va a ser lo que más te ayude a rentabilizarlo. Practicar Mindfulness, te ayudará a fortalecer tu “músculo de la atención” y con ello mantenerte inmerso en la tarea sin distracciones, concentrado. ¡Vas a ver cómo te cunde!
2.- La mente de principiante fomenta tu creatividad.
La mente de principiante es una actitud Mindfulness que nos invita a ver con nuevos ojos, momento a momento, sin juicios y con curiosidad, aquello que nos rodea. De esa mirada novedosa se desprende un gran potencial innovador. Cuando miramos con atención plena lo que nos rodea, la realidad empieza a destilar matices que antes nos pasaban desapercibidos y desde ahí, pueden surgir nuevas necesidades que desde nuestro negocio podemos cubrir.
3.- Mindfulness para el autocuidado.
Uno de los errores más comunes a la hora de emprender, lo digo por experiencia propia, es dedicarnos demasiado al trabajo y descuidarnos. Con toda la pasión y las ganas que tenemos de sacar las cosas adelante, forzamos la máquina y nuestra salud se acaba resintiendo. El Mindfulness nos ayuda a escuchar nuestro cuerpo, nuestras necesidades básicas y atenderlas. Si no lo hacemos, al final el cuerpo nos obligará a parar y habrán sido en balde todas esas horas de más que en su día trabajamos para “adelantar”. Se trata de escucharte y observar cual es el ritmo de trabajo que para ti es sostenible.
4.- Mindfulness para la innovación.
Desde los estados de “no mente” que propicia el Mindfulness, surgen ideas. ¿Cuántas veces te has levantado de la cama sin estar pensando en nada y de repente te ha surgido la gran idea, la gran solución? Una de las acciones más transcendentales para mi proyecto, surgió mientras me estaba dando una ducha consciente. Otras, tras una meditación sin tener que esforzarme por buscarlas. Cuando a través del Mindfulness aprendemos a dejar de estar “maquinando” constantemente, surgen ideas desde un lugar más profundo, que pueden marcar la diferencia.
5.- Mindfulness para la toma de decisiones.
El Mindfulness nos ayuda a ver con claridad lo que hay. A aceptar la realidad como es y no como nos gustaría que fuera. Ver “lo que hay” sin filtros, es fundamental para analizar desde una perspectiva lo más neutra posible, esa realidad sobre la que queremos actuar en nuestra toma de decisiones.
6.- Mindfulness para las ventas.
Las ventas son una vertiente fundamental de cualquier negocio y el Mindfulness tiene mucho que aportar en la relación con tus clientes. Si te interesa este tema te recomiendo este artículo sobre Mindfulness y ventas.
7.- Mindfulness para no perder de vista los valores de tu empresa.
Al principio te hablaba de cómo el Mindfulness nos ayuda a encontrar coherencia. De esa coherencia surgen los valores de tu negocio. Como un brújula, los valores nos ayudan a darle rumbo a nuestra estrategia empresarial.
Estoy convencida de que el futuro de los negocios pasa por crear empresas conscientes que estén realmente alineadas con los valores que promulgan. Sé que esto en las grandes empresas es algo que desde hace tiempo se tiene en cuenta, pero también sé de lo que se desvirtúa el tema cuando las personas que toman las decisiones los pierden de vista.
Ahora que tú tienes las riendas de tu negocio, es importante que las decisiones que tomes estén alineadas con tus valores, para no perder esa coherencia que habías ganado con tu decisión de emprender. El Mindfulness nos ayuda a detectar cuando nos desviamos de ese camino. Desde el cuerpo, desde el sentir, más allá de tu cabeza, podrás percibir las señales que te avisan de que no estás dirigiendo tus pasos hacia el rumbo elegido. Toma consciencia de ello para rectificar.
8.- Dar lo mejor de nosotros soltando el resultado.
Cuando emprendemos desde el genuino proceso personal que te he contado al principio, hacer de la mejor forma nuestro trabajo es ya un logro y una fuente de disfrute en sí mismo. La cuestión es que muchas veces nos apegamos a nuestras expectativas y sufrimos porque los resultados esperados no llegan. Entonces nos impacientamos, forzamos la máquina y nos resistimos a que las cosas sean como son. El Mindfulness te ayudarán a disfrutar del camino soltando el resultado. Cuando tengo la certeza de estar haciendo las cosas bien y doy por bueno el proceso en si mismo sin darle tanta importancia a los resultados, los resultados llegan.
En esta sociedad en la que se da tanto valor al resultado, nos olvidamos de disfrutar del proceso.
Oigo hablar a muchos referentes del mundo del emprendimiento sobre la importancia de meditar para poder entrenar nuestra mente en la atención plena, hacer con ello nuestro negocio más productivo y sentirnos mejor. Pero como ves, el Mindfulness en toda su amplitud va mucho más allá de lo que muchas veces se presenta como una herramienta. El Mindfulness es una filosofía de vida que aplicada al proyecto empresarial, constituye un pilar en sí mismo. Un pilar que además, le da transcendencia a lo que hacemos, desarrolla nuestra intuición, añade a nuestra sabiduría mental la del cuerpo y el corazón y nos alinea con nuestro propósito vital.
Espero que te haya sido útil el artículo. Si es así, agradezco que lo compartas y lo comentes.
¡Te deseo un feliz, consciente y próspero camino de emprendimiento! 🙂