¿Quien soy? Probablemente sea la pregunta más trascendental que una persona se pueda hacer.
Las corrientes filosóficas de todos los tiempos han rondado entorno a esta cuestión. Lo que tendemos a responder ante esta pregunta, va de la mano de los roles que desempeñamos según el contexto personal en el que vivimos y nos relacionamos.
Yo soy Yolanda, mujer, madre, emprendedora, consultora, formadora, bloguera, hija de, esposa de, hermana de, con la cara que aparece en la foto de mi DNI, montañera, navegante… Todo estos aspectos y otros muchos más, que la gente que me conoce podría decir de mi en función del contexto en el que me relaciono con ellos, es parte de mi identidad. Pero esto es sólo en apariencia.
El tema que os planteo hoy es profundo, infinito, para ser más exactos ;).
Nuestra auténtica naturaleza, nuestra parte más esencial roza lo inefable y por mucho que nos digan o que leamos, es algo que sólo desde la experiencia propia podemos atisbar.
Hoy quiero hacer una primera aproximación a las dimensiones que nos constituyen como seres tanto desde lo personal como desde lo transpersonal, lo que va más allá de la persona y que implica su dimensión espiritual.
En nuestra versión “más mundana” podemos clasificar tres dimensiones: mente, emoción y cuerpo. Podríamos incluso reducirla a dos: mente y cuerpo. Pero, teniendo en cuenta las últimas evidencias que señalan al corazón como algo más que un músculo de bombeo, como centro emocional inteligente, vamos a desglosar la emoción en un tercer vértice de este triángulo.
Mente
La sitúo en el vértice superior porque realmente es la que rige. Es ahí donde surgen los pensamientos, se procesan las emociones y damos las órdenes para que nuestro cuerpo actúe. Sea real o imaginado, nuestro cuerpo y nuestra emoción responden a lo que nuestra mente nos cuenta.
Tengo un pensamiento contractivo y a continuación siento la emoción contractiva que se correlaciona con él y mi cuerpo actúa liberando sustancias bioquímicas e impulsos nerviosos acordes con el estrés que me produce, para actuar en función de las necesidades. Y así todo el rato, la mente es una máquina de pensar y eso es lo que hace, incluso cuando dormimos.
Ese discurso mental interno contribuye mucho a la idea de que hay un YO que piensa.
Los experimentos de cerebro dividido en los que la comunicación entre los dos hemisferios es interrumpida, pone de manifiesto la necesidad imperiosa que tenemos de poder dar sentido a lo que nos pasa. Esta interpretación de la realidad que hacemos a través de los procesos mentales nos ayuda a sobrevivir y es lo que básicamente nos hace racionales.
Emoción
Recibimos información a través de los sentidos de la realidad externa y en función de esa realidad percibida nos sentimos y actuamos.
Todas las emociones son adaptativas y están ahí al servicio de nuestra vida.
El miedo, la alegría, la tristeza y la ira son las emociones básicas que velan por nuestra supervivencia. Cuando esa emoción se mezcla con nuestras memorias biográficas adquiere significados más elaborados que también refuerzan la idea de que hay un YO que siente.
Mi reacción ante un estímulo sensorial puede ser muy diferente a lo que pueda sentir otra persona ante ese mismo estímulo. De ahí vamos desarrollando gustos musicales, estéticos, etc. que van determinando conducta, caracteres y estilos de vida. Mi estilo de vida es muy Mío y de mi Yo.
En este otro articulo, te expliqué con más detalle las emociones y cómo gestionarlas.
Cuerpo
Es el la dimensión que más contribuye a esa idea de YO individual para mi y los demás. Mi cuerpo es mío, personal, intransferible y único, la dimensión más palpable a la que puedo asociar mi identidad.
Cualquier otra persona sin acceso a mis procesos mentales y emocionales internos, podría decir que esa de ahí es Yolanda sólo mirando una foto con mi nombre.
El cuerpo es el vehículo a través del cual podemos experimentar las otras dos dimensiones.
Nuestro cuerpo tiene memoria celular y es el receptáculo, la “caja negra”, que registra todo lo acontecido. Nuestro mundo emocional tiene repercusión a nivel corporal y nuestro cuerpo es uno con el inconsciente.
Como ves las tres dimensiones están relacionadas entre sí y cualquier injerencia a uno de los vértices repercute en el resto de forma holística.
La mayoría del tiempo nos identificamos con estas tres dimensiones de nuestro pequeño yo.
Vivimos creyéndonos nuestras pelis mentales, a merced de nuestras emociones y condicionados por nuestras sensaciones y apariencia física. Nos creemos que somos ese triángulo limitado y eso forma parte de nosotros pero nosotros no somos eso.
¿Porqué la meditación Mindfulness nos conecta con nuestra dimensión espiritual?
Cuando yo me siento a meditar y me sitúo en el lugar del observador que puede atestiguar amablemente, sin juicio y con curiosidad lo que “Me acontece” en este momento a nivel mental, emocional y corporal, el círculo se devela.
Aparece otro YO que puede observar todo eso porque no es “eso”. Se revela una conciencia testigo desde la cual puedo tomar distancia y contemplar el resto de mis dimensiones sin identificarme con ellas. Las reconozco como parte de mi, como fenómenos sin los cuales esa otra conciencia no se podría desplegar en este espacio-tiempo, pero YO no soy solo eso.
Me doy cuenta de que hay algo más allá de esas dimensiones finitas y transitorias. Eso que veo cambia en función de las circunstancias, pero hay una parte más esencial de mi que no está a merced de las inclemencias de la vida, que en esencia no cambia y que siempre está ahí.
Esta conciencia que ya se nombra en los Vedas, antes de que las principales religiones empezasen a brotar, y que la sabiduría perenne que reside en todas ellas recoge, constituye nuestra propia divinidad.
Vivimos confundidos creyendo que somos lo que no somos y esa ignorancia de nosotros mismos es nuestra principal fuente de sufrimiento.
Cada vez más la evidencia científica apunta a esta CONCIENCIA con mayúsculas:
Desde la medicina; documentando cada vez más experiencias de muerte clínica en la que los pacientes relatan historias muy parecidas de haber seguido existiendo en esa conciencia, libres ya de su cuerpo y su mente. ¿Cómo es posible que cambiemos nuestro cuerpo hasta la última célula 50 veces en 80 años y sigamos siendo nosotros?.
Desde la física cuántica; concluyendo que la presencia de un observador condiciona el resultado del experimento, y muchas otras teorías que cuestionan la percepción que tenemos de nuestro triángulo y del universo.
Desde la psicología transpersonal; apuntando a esa dimensión trascendente del ser humano que hay que atender para poder entenderlo y acompañarlo en su totalidad.
Hay muchos indicios de que el círculo está ahí, para muchos es una obviedad. La dimensión espiritual es inherente al ser humano y sin embargo en estos tiempos la cultivamos muy poco.
Más allá de las evidencias y las creencias que generan, te invito a vivir en base a las certezas que se desprenden de tus propias experiencias. Te invito a que te experimentes en esa otra dimensión a través de la meditación.
La meditación es la vía para acceder a un conocimiento más profundo de lo que eres y con ello, empezar a vivir desde otro lugar, desde otro estado de conciencia, más auténtico, más libre, menos condicionado, con más sentido.
Atender nuestra dimensión mental, emocional, corporal y espiritual es nuestra mayor responsabilidad en esta vida. Nadie más lo puede hacer por nosotros, a menudo delegamos la tarea, pero la responsabilidad sigue siendo nuestra.
Hemos venido a este mundo a evolucionar y contribuir al proceso evolutivo global. La vida nos empuja constantemente a ello y en la resistencia, en la confusión, en el mirarnos constantemente el ombligo, sufrimos y nos olvidamos de mirar al cielo.
Desde la íntima conexión con nosotros mismos, desde el autoconocimiento que de ahí se desprende, una nueva perspectiva se abre. El misterio de la vida se hace más patente, nos hacemos más pequeños, más vulnerables. Detrás de esa vulnerabilidad está la mayor grandeza, la vulnerabilidad es la puerta que nos conecta con el AMOR y con la CONFIANZA que mencionaba en el post de las 8 actitudes. Te rindes a eso que es mucho mayor que tú, dejas de luchar y empiezas a dejar que la vida te cuide, te guíe…el camino se allana y todo empieza a cobrar sentido.
Que el saber de esa infinitud del círculo te ayude a experimentarte en la máxima amplitud del triángulo.
Y tú ¿qué crees? ¿Qué piensas de todo esto? ¿Cómo vives tu espiritualidad?.
Cuéntanos para poder seguir evolucionando :). ¡Gracias!
Exacto asi es, el Ser trascendental viviendo esperimentando en cuerpo mente y emociones, tomando desiciones tomando recompensa y paganto tributo por cada uno de sus anhelos y desiciones .
Gracias Jesús por comentar y aportar. Un abrazo
Yo he descubierto no hace mucho la meditación y la verdad que me parece fascinante.Soy más consciente de muchas cosas que antes no era capaz de ver.Pero joder el hablar de una vida positiva con la mayoría de la gente e incluso hablar que quizá el sentido de la vida sea que tus latidos de tu corazón vayan a el ritmo del universo o energía suprema …te miran como si estuviese ido…como puede ser q se tenga tanto miedo o haya tanto olvido y creer solo en lo material??cuando esta tan demostrado que la virtud está en el medio.y en vez de agradecer por lo que tenemos lo maldecimos muchas veces por q queremos mas y mas…Nose lo veo muy difícil llevar una vida espiritual …por lo menos en el entorno q yo me muevo.Aunque se hará lo posible.Namaste
Hola Pedro, gracias por compartir tu sentir. Que sepas que no estás solo! hay muchas personas que conectan a través de la meditación con su dimensión transcendente y que empiezan a darle otro sentido a su vida pero no lo pueden compartir en sus círculos porque; o no lo entenderían o estaría fuera de lugar. Y está bien. Cada uno ve la vida del color del cristal de las gafas que lleva puestas. Quitárselas o hacernos conscientes de que las llevamos puestas a través de la meditación nos hace ver la vida y a nosotros mismos con otros ojos :). Uno de los objetivos de mi comunidad El dojo de vivirmindfulness es poder compartir ese camino de crecimiento personal y espiritual con otros que sí están en esta onda, cada uno a su nivel. Además lo hacemos desde lo más terrenal que es a través de los conflictos de nuestro día a día, de nuestras circunstancias de no conciliación. Te invito a suscribirte a la web para recibir mis correos en los que comparto sobre temas que estoy segura te interesarán y conectar con más gente como tú. Gracias por hacer lo posible ;). Un abrazo
me sirvio muchisimo.
Me alegro muchisimo :). Gracias por decirlo. Abrazo