En muchos de mis talleres, en función de la temática, más pronto que tarde, aparece esta idea a la que le atribuyo categoría de “para grabarse a fuego”:
“Cuidar y desarrollar tu dimensión mental, emocional, corporal y espiritual es tu principal responsabilidad en esta vida y nadie más lo puede hacer por ti.”
Todos sabemos que, para que tus hijos estén bien en todos los sentidos, nosotros como madres/padres necesitamos estar bien, pero son pocos los que lo aplican (esa es una de las principales razones de ser de Vivirmindfulness.com).
Esto en lo cotidiano, pero si además nos vamos a situaciones más comprometidas como la de despresurización de la cabina de un avión; ¿tienes claro a quien le debes poner primero la mascarilla de oxígeno?. Así de vital es el tema del que te hablo hoy.
¿Porqué nos cuesta tanto darnos ese tan necesario autocuidado?

Básicamente por 3 motivos:
1.- No hemos “madurado” lo suficiente para hacernos cargo de nuestra propia vida como adultos y todavía seguimos delegando en mamá, la pareja, el médico, el terapeuta, el gurú, el fisio, la dietista, etc. nuestro propio e intransferible autocuidado.
Esto cuando una es madre/padre complica mucho la crianza, pero la necesidad empuja, y en mi experiencia acompañando a muchas madres y padres, cuando nos responsabilizamos de nosotros mismos, la autonomía llega y la coherencia se disfruta :).
2.- Nos perdemos por falta de consciencia en nuestra ajetreada vida de quehaceres egóicos y nos olvidamos de darle prioridad a lo importante.
La solución a esto pasa por cambiar el “DePriSa» por: Decelerar, Priorizar, Simplificar (te lo cuento en este post).
3.- Repetimos patrones ancestrales, sobretodo las mujeres, basados en la creencia de que desvivirnos por los demás nos hace mejores personas.
Es muy común que poniendo el foco en el cuidado de los demás nos descuidemos a nosotras.
Dejar de hacer esto genera mucha culpa en nosotras y ahora que parece que somos más conscientes de ello a nivel colectivo, tendemos a proyectar esa culpa en el patriarcado. Pero no nos olvidemos de que la responsabilidad de darle sentido a ese pasado individual y colectivo y soltarlo, es nuestra.
El patriarcado es un mensajero que refuerza el patrón para que nos hartemos de él y acabemos transcendiéndolo.
Como especialista en desarrollo transpersonal, considero que empezar explicando el fondo de la cuestión es básico para ayudar a tomar consciencia de lo que hacemos y por qué lo hacemos. Una vez podemos entender cuales han sido los beneficios secundarios, que de forma más o menos consciente, nos han mantenido en el descuidarnos, podemos aceptar mejor esas circunstancias y tomar decisiones conscientes para cubrir por nosotros mismos nuestras propias necesidades y las de nuestros hijos, en cada momento.
También es importante nuestro autocuidado para que nuestros hijos puedan modelarlo e integrarlo desde pequeños. El respeto a uno mismo es uno de los límites básicos que se trabajan en pedagogías como la Montessori.
¿Cómo poner en práctica el autocuidado?
Ahora que probablemente tengas más claro que es lo que te ha mantenido apartado/a de tu autocuidado, te cuento cual es el primer paso para poder satisfacer por ti misma/o tus necesidades a todos los niveles:
El primer paso para poder cuidar y desarrollar tu dimensión mental, emocional, corporal y espiritual, es observar cada una de esas dimensiones para tomar consciencia de ellas en cada momento sin juicios, con apertura y amabilidad hacia ti mism@. Esta es la capacidad fundamental que ejercita la práctica del Mindfulness.
Si, tal cual, por eso es tan importante que puedas ir integrando la práctica en el día a día. No es necesario que te remangues, ni te apliques a fondo en nada. Esto va más de “no hacer” y simplemente observar.
Comprométete a reservar unos minutos al día para hacer esa parada y disfruta de los beneficios que te reporta a todos los niveles en muy poco tiempo. Puedes empezar con este entrenamiento amable, gradual y gratuito que te ofrezco en este enlace.
Dicho esto; veamos como puedes mejorar tu autocuidado básico a todos los niveles.
Te propongo que sigas el orden de las dimensiones, empezando por la corporal, tal como te las presento.
Es importante que introduzcas los “buenos hábitos” de forma progresiva para poder ir integrándolos uno a uno. Cuando queremos hacer muchos cambios de golpe tenemos muchas posibilidades de fracasar. Si lo haces poco a poco, a un ritmo que sea sostenible para ti, verás que mantenerlos en el tiempo no te costará y querrás ir a por más :).
Autocuidado corporal.
Cuando pensamos en esta parte nos llega la idea, probablemente porque es eso lo que nos han vendido, de que nuestro autocuidado pasa por ir una vez al mes al spa, al masajista o hacernos un tratamiento de belleza.
Todo esto está muy bien y no dejan de ser regalos que nos podemos hacer, pero se trata de poner el foco en lo que podemos hacer para estar mejor en el día a día.
Nuestro autocuidado físico básico en el día a día consiste en:
Pararte a respirar profundo:

Esta es la clave para que a través de tu cuerpo puedas calmar la mente, templar la emoción y conectar con el momento presente.
Una respiración agitada y superficial, propicia una mente agitada, un cuerpo agotado y una conducta más compulsiva. Empieza por aquí y verás como cambia tu experiencia de vida en tan sólo dos inhalaciones.
Dormir lo suficiente:
Esto en la época de crianza es complicado y si además las pantallas nos hacen retrasar la hora de dormir por el tiempo que les dedicamos y lo que nos altera el cerebro la luz azul de los dispositivos, es muy fácil que nos levantemos al día siguiente con mal pie.
Toma consciencia de que el sueño perdido, tal como advierten los expertos NO se recupera. Un buen descanso es fundamental para que en casa y en el trabajo las cosas rueden.
Comer sano:

Sin entrar en cuestiones dietéticas, algo que cualquier especialista podría recomendar es básicamente comer comida real. Esto significa que no esté procesada, no lleve más de 5 ingredientes en la etiqueta y que tu bisabuela la pudiese reconocer como comida.
La otra recomendación básica es consumir esos alimentos siguiendo el criterio del plato de Harvard (la pirámide nutricional que nos enseñaron a los que hicimos la EGB, está ya desfasada), que consiste en una dieta variada en la que la mitad del plato sea de verduras, un cuarto de hidratos de carbono y el otro cuarto de proteína.
Moverte:

Nuestro cuerpo está diseñado para moverse y aunque lo de gestionar hijos sea un no parar, es importante que le pongamos consciencia a ese movimiento para poder ejercitarlo.
No hace falta darlo todo en el gimnasio.
Un ejercicio moderado, que nos guste, podamos mantener en el tiempo y que nos permita ir progresivamente ensanchando nuestra capacidad física, es lo ideal.
En mi experiencia como instructora de yoga, tengo claro que respetar los límites del cuerpo, para no forzarlo en exceso a la hora de ejercitarlo, es fundamental. En yoga a esto le llamamos Ahimsa.
Conectar con tu cuerpo es conectar con el momento presente. Tomar consciencia de tu cuerpo, de las sensaciones físicas que en él se despliegan, te ayudará a satisfacer en cada momento tus necesidades más básicas. Nuevamente, el Mindfulness es la práctica que te ayuda a tomar consciencia de ello.
Autocuidado mental.
Aquí la práctica del Mindfulness es especialmente efectiva para poder observar cual es nuestro discurso mental y dejar de creernos esa película “chunga” que nos contamos habitualmente cuando nuestro pensamiento no está en el momento presente.
Es muy difícil que una mente distraída, sea una mente feliz.
En este post te hablo de cómo empezar a SER más positivo. No te lo pierdas.
Somos como pensamos, así que, cuida de lo que piensas.
Autocuidado emocional.

Atiende tus emociones: Legitímalas, valídalas. Igual que los expertos en psicología infantil recomiendan que hagas con tu hijo.
Toma consciencia de cómo te sientes en cada momento y desde esa toma de consciencia, deja que la emoción revele la información sobre ese cambio que tus sentidos perciben que ha habido en el entorno.
Las emociones que vivimos en el presente son adaptativas, breves y nos ayudan a resolver.
Toma consciencia de las emociones que vienen alimentadas por un discurso mental negativo, que no se corresponden ni en tiempo ni en proporción a las circunstancias presentes, y déjalas ir.
La atención plena al momento presente te ayudará a conectar con lo que hay aquí y ahora. Si no las alimentas con el discurso mental obsoleto que las genera, verás que poco a poco pierden fuerza. Aquí te dejo el enlace a un post sobre cómo gestionar las emociones difíciles.
Este es el mantra que podrás aplicar cuando empiece a sonar el disco rallado de pensamientos negativos que alimenta tus emociones contractivas disfuncionales:
“Aquí y ahora todo está bien”.
Quierete mucho:
El amor incondicional hacia uno mismo es básico para poder crecer y desarrollar una autoestima sana y para poder dar el amor incondicional que necesitan nuestro hijos.
Este temazo merece un post a parte y la compasión (amor incondicional) es la actitud Mindfulness por excelencia.
En este punto simplemente toma consciencia de que te mereces comprometerte con tu autocuidado y tener esos gestos de amor hacia ti mism@.
Autocuidado espiritual.
Dedica un tiempo de quietud y silencio para la introspeccción y la contemplación (¿Mindfulness nuevamente? No puedes ser…;)).

Si puede ser en la naturaleza, mucho mejor. Puedes hacerlo en las salidas familiares que organicéis. Apartarte un ratito de los demás para encontrar ese momento de intimidad. Simplemente hacer silencio en ese entorno, puede ayudarte a reencontrarte contigo, con anhelos más profundos que laten dentro de ti y que el ruido del día a día no te permite escuchar. Para mi la montaña es la mejor forma de tomar perspectiva en ese sentido, de conectar con lo más profundo, transcendiendo la historia de mi día a día.
Silénciate, aquietate contemplando sencillamente la naturaleza que percibes a través de los sentidos. Desde ese estado de conexión nos resulta más fácil escuchar al corazón sin juzgarlo, acogiendo lo que brote de esa parte de más auténtica, más intuitiva, menos condicionada, más amorosa… Simplemente escucha y deja que el corazón te vaya señalando cual es el siguiente paso que necesitas dar.
Como ves, el Mindfulness en toda la amplitud y profundidad del término, subyace en el cuidado y atención de todas esas dimensiones.
Vivirmindfulness es el camino para abandonar la lucha que nos lleva a descuidarnos y poder reconciliarnos con lo que somos, atendiendo cada una de las dimensiones de nuestro SER.
Vivirmindfulness no es una meta, es el camino que vamos recorriendo, conectados con la vida que se despliega en cada momento. De esa conexión surge la gratitud y el gozo de SER sin más.
Espero que te sea útil este post y que lo compartas con tooodos aquellos que necesiten mejorar su autocuidado.
Un abrazo